lunes, 7 de septiembre de 2009

manías

No utiliza anillos. ¡Vaya que le gustan! Ha dejado ir unos preciosos.
El problema con los anillos es que enmarcan y fijan la mano. El problema con las manos es que muestran su más hondo secreto.

Ganas de tragarse entera, hasta que no quede huella de si.
La gente, estúpida como es, mira fijamente las uñas carcomidas, otros, más sutiles aún la toman con una violencia que solo ella percibe y escudriñan los dedos para sacar conclusiones.
Ella grita por dentro, lleva años haciéndolo.
Sonríe y cubre sus manos.
¿Es que estos bárbaros no ven lo que hacen? Un punto fijo, cualquiera sienta bien, entonces ella lo ve:

Tres hombres, dos perros, una mujer. Sudan excitados bañados en sangre, juegan con una mujer desnuda, la avientan, le patean, la escupen, la tocan, le arañan. Arrancan sus pezones. Una patada en la nariz.

El punto fijo se nubla…

Entonces siente el ardor en los dedos, está mordiendo lo poco que queda del meñique aun.