jueves, 29 de abril de 2010

Espasmo

No sé a qué se juega cuando se busca entre las manos el sexo del lejano.

No sé a qué carajos se juega cuando embisten las sábanas la húmeda evidencia de aquello que ha sido guardado.

Tirar zarpazos al aire para que arañen la espalda de aquel que aún no se sabe –lo deseado-.

Frenesí por el desnudo. Dibujar a carbón (en honor al polvo) los cuerpos que juegan a la bestia de cuatro piernas.

Una advertencia entre los muslos para todos sus miedos.

miércoles, 28 de abril de 2010

mis nuevos

Dices que no tiene por qué doler, dices que no me pertenece, dices que en pláticas de café nos quedamos y que de aquí no pasamos.
Yo digo que aún soy muy pequeña para no soñar. Yo digo que ya soy muy grande para disimular.
Ellos dicen lo primero que pasa por la lengua, ellas callan por temor.


No es falsedad, a mi me tiembla esta tierra que nombro como propia. La sorpresa no me ha abandonado, hay de mí el día que deje de gritar.

Con la piel china y los ojos bajos trato de armar este rompecabezas que he guardado por años. Tirar todo por la ventana y seguir la pasión. Apasionarse con lo que se es cuando lo que se fue rompe el cristal.

Aún es muy pronto para añorarse.



Hoy me añoro.

martes, 27 de abril de 2010

Nocturnos

Los rostros impávidos ante la miseria. Algo languidece dentro, no, no es tristeza.
Caminan rozando sus sexos hambrientos de faltas. Celebran ebrios de voluptuosidad la fiesta de la carne. Se toman, se dejan. Todo lo que se pueda tocar, todo lo que se pueda penetrar. Ya importa menos que nada si se es o si se parece. Lo importante es eso, parecer ser, creer ser. Marcan los pasos zigzagueantes entre los restos de la noche que degollaron con los muslos. Se sabían frenéticos de esa carne que imaginaban bajo los vestidos, el sexo endurecido entre dolosos bailes.
Juegan a la cercanía y son estériles de hambre. Se toman por detrás como perros en celo, se dicen todo lo que prometieron guardar para los tiempos del buen cortejo.
Mujeres y hombres desnudos embisten la noche como la primera de todas las noches. Se saben lejanos, se saben ácidos.
Son esos que creyeron desnudar, son esos que creyeron follar. Se tocaron, desnudaron los muslos y jugaron a estar.

martes, 20 de abril de 2010

Acantilado

Mutó. Es otro, o quizá la que es otra soy yo. Me salva la distancia, me salvan los caminos sin encontrar, tengo la mirada fija en el punto que no dejaré de callar. Será mio y con él vendrán todas tus mareas. Las dejaré pasar como lo ajeno, no conozco de piel eso que tengo por fuera de los dedos. Ahora es que llegan sin orden, se dejan y llegan estas que no pronuncio yo. El terror de hablarte eso que me acostumbré a guardar. El terror de tocarte, el miedo que es tu piel. Era. Fuiste otro. Fui otra.

Nos hemos reencontrado en esta maraña, ya no hay más desierto, ahora veo las cordilleras pobladas de árboles.
La tierra tiembla y no es por ti, la tierra suda, suda de sí.

Solía pensar en ese momento, solía dibujar tu cuerpo dentro del cuerpo mío. No alcanzaba, apenas desnudar la espalda. Más lejos no podía estar. Te tengo dentro, desde hace tiempo ya.
Mutas y te escucho gritar.

Aún no recuerdo el centro del volcán, me tomó entero, me tomó desde los pies, caló la carne. El fuego tomó mis piernas, incendió los recuerdos. De pronto fuiste eso que se vomita, como lava, vómito de la tierra. Tenía que tirarte lejos de mis entrañas, tenía que dejar que las palabras se quebraran.

No, no tenía, solo fue. Se presentó sin que lo llamara, sin que lo planeara. Desaté la marea que los tritones guardaron entre mis pestañas. El azote de los mares en tu espalda. Domé la bestia para soltarla.

Alguna vez te mentí sin saber que lo hacía, la mentira o la verdad más nítida que te he dado.

Con la mirada absorta en esa que fuiste entre la calma, con la mirada baja porque no se sostiene nada. Entonces volvió desde el fondo de la añeja infancia, sus faldas largas y esa maldita mirada.

La que siempre me perseguía, la que robaba lo que amaba. Tenía el cabello largo, las uñas afiladas. La veía en la pileta, sonrisa macabra. Hoy la encontré, se dibujó en el espejo.

Las sombras me acorralan, no quiero su rostro, me dobla. Siendo lo que fue esa que no fui yo.

Algo hizo lazo, algo se anudó por dentro. Hoy no me quebro, no puedes no estar. Hoy no comprendo, es ahí que llego.

..... como si fuese eterno.

lunes, 12 de abril de 2010

abril

Fui la desconfianza del que se sabe esclavo de la lengua. Soy la honra de los que callaron bajo los puentes.


Quiero tus pasos a contra luz.


De eso que me grita en las manos cuando te tengo de frente.

De los demonios que viajan por mi pecho cuando te vas tan lejos.

Ahí, justo frente a mi, tan lejos ya.


Porque pueden tenerlo todo, porque pueden serlo todo. Hay madrugadas en que parezco otra, ellos me muestran otra.


Es entonces cuando llegan tus manos y los caminos se acentúan.


Aún no puedo mirarte como se mira eso que se olvida de a poco.

ah ah ah


He venido a este centro de la nada pa gritar
...Que tú nunca mereciste lo que tanto quise dar.




¿dónde es que encuentro este desierto?



He venido al desierto pa irme de tu amor
Que el desierto es más tierno y la espina besa mejor . . .


-¿lo quieres encontrar?-

jueves, 8 de abril de 2010

Trataré de explicarlo:


....es como cuando lloras tanto que de repente no recuerdas cual era la razón. Te llega un llanto de risa, te acuestas, te duermes.

Al rato despiertas, como a las siete de la tarde, no sabes si es de noche o de día. Las lágrimas siguen al borde de los ojos, algo agazapa el cuerpo. Entonces tocas tu pecho con las rodillas, las manos en los pies. Algo se borra y no sabes por qué.

Hoy me resultaste tan extraño que toqué mis pies.

¿Me explico?

miércoles, 7 de abril de 2010

espiral

Sostenida fuera de toda gravedad. Le veo desde lejos, los colores son oscuros, algo brilla ahí dentro. Puedo tocarla-no-. Casi una caricia-no-.

Tenía todas las respuestas en la punta de los dedos, acaricié suave la telaraña que se dibujó.

El ruido es tal. . . no quiero volver, aquí estoy en paz.

Todos se han callado, al fin esta ese sonido puro frente a mí. La piel se rompe, no la necesito más.
Me fundo en ella, soy sus poros, soy su levedad.

Vienen todos los nombres, me atraviesan uno a uno. Los dejo pasar. Vienen sus voces, no las escucho más.

He saltado la línea que dibujé hace tiempo. Otra vez la veo recostada, otra vez con la sonrisa casi dibujada.

No más mujer. No más eso que nunca fue.

Roca pura, mineral incandescente. Ya será tiempo de sus jeroglíficos.
Hoy soy su prehistoria. Mi antaño no es tal.

martes, 6 de abril de 2010

de los danzares

Vuelvo a la tierra y danzo en ella. Resulta que el cuerpo hace más que la palabra y yo lo suelto para que vibre sereno como el venado en soledad, que tiemble cual jaguar al acecho.

Porque hoy he de re-encontrar eso que me jaló de antaño a la raíz.
En oración. En rito. En trance.

Cada uno intenta nombrar. Aquí yo no necesito nombres, aquí soy parte del ritmo, aquí están las piernas que pensé quebrantables. Todo eso que creía incapaz.

La línea del dolor, cuando la palabra dice: no más. Es ahí cuando los brazos, el vientre, los pies, todo se es entero y responde: aquí está.



Danzo y no es para encontrar. Danzo por estar.

Sus dioses y mis demonios me toman por el cuello, el cuerpo se dobla y comienza el ritual.

Eso que vibra, eso que jala.

Cual barro que se dota de forma, cual masa que convierte mis manos en su instrumento.


Eso todo esto que vibra, eso que llega, eso que está.


todo esto o t e d s e o s t d está esto todo esto es está

lunes, 5 de abril de 2010

Eso que apasiona y no se habla.

Eso que se lee pero no se escribe.

....porque no estoy lista.

Falta tanto aún.


Quizá falta nada.


Me pones la mesa libre para soltar las cartas y yo me quedo temblando.

No sé decir de eso que digo cuando escucho.


Y bueno, quizá que si sea el momento. Quizá que ahora mismo lo es ya.

domingo, 4 de abril de 2010

Y si es la esperanza lo último que muere.

¿A quién tengo que matar antes?



jueves, 1 de abril de 2010

De angustias.

Pesada, como una roca que cae lento al fondo del mar.

Eran ancianas y reían como brujas frente a mí, seguían mis pasos con las cuencas vacías. Ojos no, mirada si.

Entonces el llegó, alto, moreno, el cabello revuelto, como recién llegado. Lo atravesé de frente, sentí que algo de él se impregnaba en mí.
Duele, duele demasiado.


Que alguien me saque de aquí.

Y como suele pasar…las piernas no responden, quiero correr y no me muevo a ningún lado. El cuerpo como roca, caigo lento. Los peces son nuevos, caigo y tengo miedo.


Entonces me veo en esa línea, la veo recostada, la veo corriendo por detrás.

No, sueño no es. Solo quisiste saltar.