Gritas mi nombre, lo aprendiste, como el de aquella tía tuya que vende su sexo a los traileros que de paso van.
Tomas mi mano y se desgarran todos tus hilos.
Quieres sentir.
Agradeces, crees que yo te hago sentir.
Crees que digo las respuestas.
Me crees todo.
Yo no he abierto la boca.
2 comentarios:
Lastíma leerte con ese fondo rojo... pero vale la pena la secuela.
Llego de casualidad a tu espacio y ya lo agrego a mis favoritos.
Es hermoso como escribís.
Saludos de paracaidista.
Lo sé, es terrible leer en rojo, quizá no quería.
Hoy recordé la violencia en los ojos.
Gracias paracaidista, ahora mismo me pongo a tus letras.
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