miércoles, 28 de julio de 2010

Casi

Casi olvido por completo el bálsamo que mantuve escondido.

Oculté tan bien las manos que las termitas las devoraron.

Casi llego al final del risco.

Repito en espejo lo que mi lengua ha reposado.

Por ahora me basta con suponer y qué más da si así fuera.

Resplandor del alma. La vibración eterna que conjugan los pájaros. Dónde dejé los astros.

El universo se escurrió por las manos, las termitas. Ellas lo tienen todo ahora. No basta con darlo.

Me basta con gritarlo.

Basta.

Casi consigo olvidar que temblaste en mis manos.


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