Algunos podrían decir que es un chaval, quince años recién cumplidos.
Trata de parecer más grande, habla con seriedad de temas que entre más se escarban menos importan.
Le habla de usted, como le enseñaron en casa, se ajusta la camisa y levanta la mirada. Un hombre hecho y derecho con el pudor sin explotar.
Caminan juntos. El pregunta su edad, ella sonríe y lo invita a adivinar, solo le faltó un año.
Esta por decirle algo, se voltea y encoje los hombros.
Ella espera en la banqueta. A lo lejos escucha la voz de su madre, le dice que vuelva temprano.
La vergüenza es traicionera, se escapa por la piel.
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