domingo, 17 de abril de 2011

Marea

De sal y de roca. La orilla de la cama me lleva a la cueva que te conté entre sueños. Tomo la sábana como estandarte. Mi punto de fuga. Me fugo de vos. De voz. Danzas etéreas entre sueños nos llevan. Las piedras de colores dibujan mi piel. Soy arena mezclada con sal. Soy el mar jugando a la tempestad. Entras. Tu piel añeja recubre mis calmas. Arboles y capicúas. La raíz que es follaje. Llueve por dentro. Mojados los sexos mutilan el pudor. Que te cuenten mis caderas lo que mi voz ha de guardar. Que te digan mis piernas lo que de antes creí olvidar. Come de esta carne cual caníbales ávidos de esplendor. Los poros destellan luces de sol. Seamos un par de extranjeros en tierras de placer. Déjame jugar, déjame estar donde se rompe tu piel y comienza la eternidad.

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