Cadencia en las palabras.
Eso es, palabra, para mi pura, para el otro no sé.
Y el problema mi estimado cómplice, es, que como bien sabes, las palabras me matan, me llevan, me jalan, me engañan.
Y yo las engaño a ellas, y así nos destazamos las unas a la otra.
El cuerpo me pesa, lo quisiera enredar en las letras y moldearlo a contratiempo.
Lo atrayente es la idea, mi idea de lo que no eres, tu idea de lo que puedo ser.
El lienzo perfecto para la fantasía, me dejas pintarte y tu me arrancas el óleo.
Doble cortado. Tokio. Pan tostado.
1 comentario:
Este no me gustó, se te esta llendo...
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