viernes, 4 de julio de 2008

Alicia



Cierro un ojo y pienso en lo que el otro alcanza a ver. Mi nariz crece y me dice que ahí está, que me persigue, que si la observo puedo perderme en ella y nunca salir.

Me arde la garganta, siento los ojos cansados, ayudo a despedidas, cargo maletas y no, no son más las mías.
Es mucho mas sencillo empacar lo ajeno, guardar lo que no pertenece, lo que no duele, porque cuando el otro empaca, cuida cada cosa, cada botellita, cada libro; y cuando es uno el que le guarda el dolor… el dolor no sangra.

Esta casa es grande, colosal, más de lo que estoy acostumbrada, quizá sea tiempo de sentirme pequeña cuando no alcanzo el techo ni a brincos.
Como Alicia, “tómame”…y mis piernas destrozarán tus ventanas.
Y el conejo ha muerto, extrañamente ya no me fijo en las manecillas, hoy pasó lento.
Lento y ligero, no me importa más, no lo cuido, no lo aprehendo.
Ilusa yo, jamás podré.

-Pide un deseo mujer-
-Pido la arena de todo el mundo, para guardarla en la garganta y escupirla en tu cara cuando el tiempo sea mi gana-
-Mujer, ¿es eso todo lo que deseas?-
-Si, deseo eso y ya-
-Serán tus palabras el mayor verdugo-
-Pues entónalas, que han sido dichas-


Café para una sola persona, aunque seguro podría beberme el de sesenta.
Ahora vivo entre nubes y la lluvia la aviento yo, baja de mi para los otros, inunda la ciudad.

No sé dónde comienza la fantasía y termina lo real, yo estoy en la línea límite, a punto de desbordarme, pero me contengo, para no ser, para no estar, para no palpitar.

Entonces, desde mi barda se burla, me ve aquí, hablando, recitando escoria.
Cómo me gusta aventar mierda por la boca, así dicen que murió mi bisabuela, seguro fue terrible, pero a mi me gusta abrir la boca y recitar la mierda, para que te la tragues, para que la compres.

Y es así como las palabras tomarán su peso, no en mi boca, no en la arena, en tu ojo izquierdo, ahí tomarán el peso.
No tengo ni siquiera un apellido, la imagen y ya, me gusta, me gustas.
Me gusta que seas lejano, la voz, el rostro, los ojos, que no esconden nada, porque su brillo no les pertenece.
No sé detalles insignificantes, y así es como puedes significarme lo impensable.

Se ha enfriado mi café, así es justo como debe acabar.

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