Prometo no volverte a escupir, lo prometo con la mano en el sexo para que valga de algo.
Te he maldecido tantas veces ya. Tus ojos destilan miseria. Te necesito, te necesito como se necesita lo que no se recuerda.
. . . me encanta apaciguar las tripas encendiéndote.
Me encanta que me mientas y te cagues de risa en mí. Compraré ese jabón.
1 comentario:
Te leo y siento un nudo en la garganta, no de llorar, más bien: se me cierra la garganta y no puedo ni pasar saliva.
Por una extraña razón, me gusta.
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