Cambié el humo por flores. El letargo por movimiento. Las calles por veredas. Hoy conocí el puente que tanto buscaba. Lo crucé despacio como si no pasara nada, y es que en realidad no pasa nada.
Esto de tomarse tiene su precio. El insomnio.
Tengo miedo de tener miedo. Aún no llega. Quizá que no llega.
Mis huesos responden como algo nuevo, los perros me observan y contrario a lo que pienso no se lanzan contra mis ruedas. Me observan, ahí, en silencio.
Esto de tomarse tiene su precio. El insomnio.
Tengo miedo de tener miedo. Aún no llega. Quizá que no llega.
Mis huesos responden como algo nuevo, los perros me observan y contrario a lo que pienso no se lanzan contra mis ruedas. Me observan, ahí, en silencio.
Cruzo con otras bicicletas, sonríen; los otros están demasiado cansados para la cordialidad. Ellos andan por deber yo ando por placer.
Encontré mi túnel de árboles, casi dos años y apenas lo vi. Tan ciega en el asfalto. Caminos de tierra.
Metic está conmigo, yo me soy en ella.
Sería una farsa no decir, que de repente, al girar el manubrio cuando el camino se parte, imagino, más por costumbre que por deseo que me acompañas.
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