Te cuesta, no es fácil.Quizá es tan fácil que por eso te cuesta. Un lugar conocido, aquel que abrías en tardes de patios mojados.
Cuando tenías todo lo que eras. Ahí estaba la bruja, el pozo. Te hundías y viajabas a las entrañas de la tierra. El cielo llevaba tu nombre, por eso las noches eran para ti.
Tapas el rostro para poder ver. Arrancas los ojos que te han cegado.Sonríes y te quieres carcajear. Eso de lo que no eras capáz. Abrir las manos para moldear energía,todo el amor que no cabe en este cuerpo. Tuviste miedo, terror ante tus miedos. ¿En qué momento endureciste de tal manera?
Llegan las viejas costumbres,eso a lo que llamas "vergüenza". Sonríes de nuevo y bailas por dentro.
Se vuelca dentro de sí, se toma, hace el amor, las manos en las rodillas. Si, aún soy carne.
Las luces flotan sobre ella, comienza a dibujar con las estrellas. El universo ante sus ojos, esos que no saben de colores, que no saben de formas. Justo aquí donde saber estorba.
Es aquí donde se está, se es. La palabra no basta para dibujarlo.
Femineidad. Parirse sin ser parido, tenerse sin tomar absolutamente nada, esa distancia entre el fuego y su rostro.La urgencia de plantarse en ella, la que le habla, la que la jala hacia sí.
Tierra madre luna estrella. Juegan entre danzas a contar las historias que hasta entonces han guardado.
Les ve tan lejos, tan pero tan cerca. Un orgasmo inagotable sacude su ser ( si, porque ahora ella habla del Ser). Se vibra por dentro -que es fuera también-.
Se toca, se siente. Re-naciendo.
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