miércoles, 31 de diciembre de 2008

Buenos días.

Quisquillosa.

Quizá lo sea ¿y cómo no serlo ante seres tan fétidos y desagradables?
Las torpes y obscenas miradas con hocicos abiertos de par en par exhalando el asqueroso vaho de toda la carne que tragan a través de sus miserables años.
¿Por qué carajos tengo yo que soportarlo? Si tan solo tuviera la habilidad de decir todo lo que pienso sería la mujer más feliz sobre la tierra.
No, no lo sería.
Ciega, aún no, pero parece que lo soy. Cada que te presentas arranco los ojos y los tiro por la alcantarilla, que se vayan, no seré testigo de catadura.
Cada vez que desparramas tus nalgas sobre mi silla y muestras tú flácida piel algo se despierta en mí. Algo que tiene por manos un par de garras y que no piensa, solo mata.
Preguntas imbéciles de las que tienes respuesta ya.
¿Por qué me las dices? No preguntas de verdad ¿Alguien lo hace? ¿Soy capaz yo en este instante? Es que acaso cuesta tanto entender que no me interesa escucharte, que me importa un bledo las grandes verdades que encuentras cada mañana.
Soberbia, bendito pecado. Ya no, solía serlo, ahora ha sido sobre pasado, no es eso, es solo un hecho.
El que seas un imbécil y yo no.
El que con otros yo lo sea y ellos no.
Al final de cuentas una bola de tarados tratando de parecer educados.
Cierra las fauces y aléjate de mi oído. Juro que si lo vuelves a hacer te tiro por el barranco. Y caerás rápido como el costal de mierda que eres.
A tu lado me nombras como moda y eso me repugna. Te sorprendes con cada movimiento, cada paso, cada palabra. Caricatura para ti. Me repugnas, y lo diré una vez más para quedar en paz. Me Repugnas.
No soy distinta, tú quieres que lo sea.
El asunto parece una plaga ya. Tendré que vacunarme.
-“¿Te gusta vestirte así?”-
-“No, solo lo hago para ver cuantos IDIOTAS me lo preguntan”-

-“¿Estás ocupada?”-
-“No, es mi pasatiempo favorito sostener un libro y no leer”-

Y ahí estás, como perro recién nacido en la espera de leche. No, yo no te la daré, ni ella, ni aquel. Tendrás que sacar tus tetitas y tragar por ti mismo.
¡Cierra la boca, por favor, ciérrala!

Peor que tus preguntas son tus muelas cercenando bocados.

Estoy cansada, al fin se fueron, estoy sola. No quiero hablar más, no quiero ser cortés, quiero que se me quite lo valiente. Tus miedos son eso, tuyos y ya. Los monstruos que arrullo no puedes siquiera imaginarlos. Van más allá del eco.

Detesto que toques mi brazo. Detesto que toques mi brazo. Detesto que toques mi brazo. Detesto que toques mi brazo.
Si lo vuelves a hacer te destazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigo esperando mi respuesta!!!
conmigo es diferente!!!! ajaja...stalker...