Las busco. Las encuentro. Busco en sus rostros la respuesta a tus miedos. Bajo la lluvia y con los pies mojados me convertí en un monstruo sanguinario. Quería decirte –así, bien bajito- que no te haría daño.
Algo parecido a la intuición me dice que irás con ella. Conozco tus movimientos a la distancia.
Bruja. ¿Maga? No. Ninguna de las dos.
Al parecer, lo olvidaste, hoy, yo también podré.
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