domingo, 17 de agosto de 2008

Magma


Impulso de sangre el que me lleva hasta el teclado. Anoche escribí con tu pluma, ya me hacía falta el tintero ficticio. Pero hoy escupo sobre un piano de cola, ¿puedes escuchar mis notas? Si no sucede, es porque nunca has entendido la música, ni la furia de la letra, la empedernida vehemencia de lo estridente, un montón de palabras grandes para no decirte nada, para no soltar ni un tajo de intimidad.
Sigo en do, llegas a mis ojos, se nublan, te vas.
Puedo verme en todos los espejos rotos que bailan por mi casa, brinco de uno a otro y me sé fragmentada, en pedazos, rebotando como un charco de luz.
-Más alto- me digo, y así bailo por la cocina, sin sonidos más que los de mis pestañas.
Siento el humo salir por mis dedos, siento el calor flotando en mi nuca –quiero más, quiero el estallido final- y no llega .Lo repito en mi cabeza.
Quiero saber hasta dónde soy capaz de llegar, hasta donde puedo estirar esto, emanar la gota de locura.
Veo mi páncreas rodar por la mesa, no es necesario que lo huelas, el se traga solo.
Y escribo en segunda persona para que me leas, para que te adueñes de esto, es tuyo ya, lo mío ha quedado atrás. Tu eres el “yo” que no he podido pronunciar, tu eres el “él” que me aterra encontrar, tú revolcando mis pasiones, Schubert templando el respiro final, es el día perfecto para callar, la noche perfecta para morir. Y cuando digo morir lo digo literal, no más sístole.
El vino caliente en las narices, la dulzura de los duraznos, la furia de los espárragos.
Hoy cenaremos de mi mano, pondré la sal en las uñas, no debe ser mucha, me he devorado los dedos. Puedes comer de mi rodilla, cruje para todos.
Vamos, pasa al salón, huele a tabaco, estamos a media luz, o a media oscuridad, no estoy segura aún.
-Lúgubre- diría el diccionario, y pasado esto se sentaría en el sofá; lástima que ya lo quemamos.
El ahínco de los violines nos destaza, bailamos y nos convertimos en bestias, bestias de mudez, bestias de sonido, bestias desnudas.
Soy tu mejor terror nocturno, soy la razón por la que aprietas la sábana esperando encontrar a tu madre, he venido a desatar tus demonios y aparearlos con los míos, mi cara se escurre como la cera, soy grotesco, asexual, visceral. Estoy preparado para carcomer tus entrañas, para jugarlas en la lengua hasta que se deshagan, como el mejor corte que jamás tragarás.
Y si no tragas es porque todo quedará dando vueltas en tu boca, la traquea no te servirá, no podrás degustar con el esófago, solo tu lengua te engañará, esa puta traidora que juega a lo normal. Esa PUTA.
Mentiras todas las que me pintas. Mentiras todas las que te escondo.
¿Quieres la verdad más pura? Soy tú, en un tiempo que no hay nosotros, soy tú en el justo momento en que cierras los ojos y aprietas los oídos, para no ver, para no escuchar. Sabes que si me escuchas, un poco más allá del ruido, sabes que si lo haces estallas, porque somos magma caliente, porque somos el zumo de la naranja.
Llega el cello, me toma por la espalda, cierro los ojos, no hablo más. Magma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

todo. todo me gusta, mucho, muchísimo. tus letras sin cuidado han vuelto, me encanta.