jueves, 28 de agosto de 2008

Merienda




La misma roca, el mismo Schiele, un solo frutero.
Todo y nada es igual ante nuestros ojos. Podría ahora mismo tomar tu rugosa mano y postrarte frente a La Gioconda.
En este mismo instante cubrir con mis manos tu cansado rostro y destaparte como mi obra maestra frente a La Capilla Sixtina. Para ti es igual, con tal de que puedas contárselo a tus conocidos no tan conocidos. Aunque yo sé que si te pusiera ahí, frente a todos esos colores, con esas caras cayendo a tu nariz palpitaría hasta el mas aislado de tus poros.
Te creas frente a tus extraños, te peleas con ellos, un monólogo interminable habita en tu cabeza, desconfías hasta la médula. Y yo, con un poco de suerte puedo convencerte valiéndome de tu palabra sencilla y decirte: -Déjalo, tira todo ese dolor un ratito, vamos a tu tierra, enséñame tus caballos, tus escondites, quizá no existieron, pero tú les das más vida que tres corazones juntos-. Tu cabello es de hierba pura, tus manos huelen a maíz, tienes unas manos tan generosas. Te he buscado en todas las Sierras. Y la sierra está dibujada en tus labios.
Tus ojos se abren grandotes como paletas. La lluvia se junta toda en tus pestañas. Tienes una manera de conmoverte que me paraliza. Hablas tu propia lengua, hay que verte con detenimiento para lograr escucharla. Tienes en tu palabra la grandeza de lo sencillo. El punto justo de lo ingrávido. Y aquí voy de nuevo con mis palabrotas que no te dicen nada, o quizá te digan todo, porque tú tomas la palabra y la traduces a tu lengua, esa que se habla con mirada.
Un monumento a la vida en tus brazos. Tus pies son pesadillas con movimiento, enredadas, agazapadas. Sé bien que ellos guardan la memoria de tus viejos caminos ¿Será por eso que los escondes, para que no cuenten tus pasos añejos?
Huele a chocolate, huele caliente, vienen tus manos, llévame contigo, vamos a la raíz de todas tus comisuras, déjame probar. Enseñame la palabra sencilla, cuéntame todas tus mentiras, dame las verdades disfrazadas.

Si, una conchita para el chocolatito.
Prometo quedarme bien quietecita.

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