miércoles, 10 de septiembre de 2008

Lo que se escurre


Me desmorono en un parpadeo. Trato de jalarme a tierra y no lo consigo, un hilo sostiene mi pierna, mi pierna es todo lo que quedó, me he fugado. Mutilada visión de lo anhelado, ahí voy entre los árboles, soy eso que ya no se pudo sostener, eso que revienta por dentro. Soy el sudor de todos los hombres cansados, los gritos de las mujeres que ya no pueden tocar más su piano. Escribo como si hiciese música, escribo con la garganta palpitando. Detesté los gerundios desde que me los enunciaron. Cuando escribo bailo y bailo sola, como tu cuando vas al baño. No hay punto que sostenga esta idea, quiero mi maquina, letra de acero, quiero el tecleo y el dulce sonido de lo imborrable. Quiero que las palabras se queden como jeroglíficos. Seré lo imperdurable. Te veo ahí mi Olivetti de sueños, escucho tu sonido, estoy sin pierna, estoy contigo. No necesito caminar más, desde aquí puedo ir a dónde no he llegado a escribir. Dejo de ser mujer, dejo de ser lo que tu quieres que sea, solo somos ella y yo. Yo frente a ella, no me borra, no se arrepiente, no me anula. Es tan pesada que no puede dejar este escritorio, la luz se atenúa pero mis velas son compañeras. Llego hasta ti, vuelvo a ti, vuelvo al sur sin tangos. Vuelvo a tus ojos, desde la jícara hasta tu jacal, estamos las dos, me observas con tus ojos demoledores, hablas otra lengua, sé que compartimos el país pero tu mundo es distinto. Siento tu roce, mi cabello es tu provocación, la nariz fría al imaginar tu rostro. Tu boca es grande, tan grande que no puede decir nada. Te quiero lejos, te quiero cerca, hablamos con las manos, tus faldas esconden pudores impuestos, eres mujer de tierra, eres solo una niña, y yo soy un indefenso animal a tu lado. El imperio de tus silencios me domina, y me empuja a traerte aquí. Sé que no te quisiste despedir, tras las tablas me observaste como un conejo que espera ser cazado. Y yo voy tras de ti, te tomo por los brazos abro mi boca para no decirte nada, no importa lo que vocifere, no lo comprendes. Entonces me callo y comienzo a mojarte, te baño con mis ojos, me acuñas en los tuyos. Embutes el temblor de mis manos, esto no lo escribo para ti, no lo entenderías, serían un montón de formas mal acomodadas. A ti tendría que dibujarte, no te alcanzo, estas distante, eres lo más parecido a un secreto que tengo. Tenía sed, sed de esta música que solo en suspiros de madrugada podría mostrarte. Quiero volver, quiero sentarme en tus sillas de enanos, meter la mano al fuego y sonreír a tu lado. Ten cuidado, soy un animal sediento de tu sorpresa, soy un animal que se alimenta de almas como la tuya, las bebo y me las guardo, esta noche tenía sed y he bebido de ti, no te has dado cuenta, sé que duermes, en tu mundo la noche llega muy pronto, el día comienza oscuro. Sé que existes, te veo en mi vientre, lo tocabas con sorpresa, yo acaricié tu cara, me la guardé, tu nombre no se los regalo, tu nombre lo llevo como himno de paz.

No hay comentarios: