Fue un instante, ese demoledor momento en que acaricie tu piel y ya no eras, no estabas más.
¿A donde te fuiste? ¿Quien te arrebató de mí?
No hay nada menos deseable que estos labios cansados de fallar...
¿En que chispazo de adrenalina se te fue escapando la vida?
En que momento te sumergiste en ese torbellino...
¿Por que te arrastras cuando lo quieres es volar?
Si es que dices haber visto al fin con claridad, deja entonces esa repugnante máscara atrás...
Si el miedo era sentir, sentir de más, ahora el horror se encuentra entre tus dedos, entre tus recuerdos, sabiéndote desierta, encontrarte empeñada en la necedad, perdida en tu propia oscuridad, no encuentras más que párpados contraídos tratando de olvidar, mejillas resentidas buscando perdonar.
¿A quién querías engañar?
Oscuras noches se convierten en silenciosas cómplices de culpabilidad, murallas de juguete se derrumban frente a ti para dar paso a incontenibles cercos que ahora no puedes negar.
El juego te comió.
Sintiendo que no sientes más.....transformada en una mujer de sal.
Asqueada por fétido olor que fue capaz de despedir la realidad, llena de esa verdad nauseabunda que te acosa por detrás.
Te vas, te disuelves, te esfumas así nada más.
¿Quien te va a extrañar? ¿Quien te va a llorar?
Que eso no te preocupa, es verdad, pero dime entonces mi mujer de sal...
¿A quién le llorarás?
(escrito en el 2005)
¿A donde te fuiste? ¿Quien te arrebató de mí?
No hay nada menos deseable que estos labios cansados de fallar...
¿En que chispazo de adrenalina se te fue escapando la vida?
En que momento te sumergiste en ese torbellino...
¿Por que te arrastras cuando lo quieres es volar?
Si es que dices haber visto al fin con claridad, deja entonces esa repugnante máscara atrás...
Si el miedo era sentir, sentir de más, ahora el horror se encuentra entre tus dedos, entre tus recuerdos, sabiéndote desierta, encontrarte empeñada en la necedad, perdida en tu propia oscuridad, no encuentras más que párpados contraídos tratando de olvidar, mejillas resentidas buscando perdonar.
¿A quién querías engañar?
Oscuras noches se convierten en silenciosas cómplices de culpabilidad, murallas de juguete se derrumban frente a ti para dar paso a incontenibles cercos que ahora no puedes negar.
El juego te comió.
Sintiendo que no sientes más.....transformada en una mujer de sal.
Asqueada por fétido olor que fue capaz de despedir la realidad, llena de esa verdad nauseabunda que te acosa por detrás.
Te vas, te disuelves, te esfumas así nada más.
¿Quien te va a extrañar? ¿Quien te va a llorar?
Que eso no te preocupa, es verdad, pero dime entonces mi mujer de sal...
¿A quién le llorarás?
(escrito en el 2005)
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